Quizá alguna vez hayas escuchado que los niños son como esponjas, ¡y es cierto! Ellos aprenden cosas todo el tiempo. Sin embargo, no nos referimos a este término. Queremos hablarte sobre los menores que tienen una sensibilidad que les hace increíbles. Porque los niños que son esponja son especiales y cuentan con una empatía que les hace diferentes.

Sin embargo, esta característica también puede ser un problema para ellos, ya que absorben las emociones (positivas o negativas) de los demás. Por ejemplo, si hay conflictos emocionales, se empapan de todo ese malestar. Y aún es peor cuando un adulto, como los padres, buscan el consuelo generado por un conflicto en el menor.

Los niños no son capaces de dar ese consuelo porque no tienen las habilidades necesarias para hacerlo. De hecho, cuando se busca en los menores una capacidad que no tienen en este ámbito, se les puede crear una herida emocional difícil de curar. Por eso, es importante que los adultos sepan que esa sensibilidad les hace increíbles, pero no hay que abusar de ello.

Niño esponja, empatía y compasión por las nubes

Los niños esponja captan los estados emocionales de los demás sin esfuerzo y, además, son capaces de buscar la manera de reconfortar al otro.

Es importante que los adultos acompañen al menor a cultivar esta cualidad especial. Ellos son niños sensibles, perceptivos, compasivos y muy empáticos. Así, las emociones de los demás las hacen propias, casi sin darse cuenta.

Por ejemplo, si un compañero de clase llora, ellos sienten una gran compasión y buscan darle consuelo. De esta manera, sufren cuando ven sufrir a otro ser. Las injusticias les hace sentir mal y la alegría de los demás también la sienten de manera profunda.

Ayúdale a que su sensibilidad sea su fortaleza

Los niños esponjas están conectados con el amor por el mundo y por los demás. Como padres, tememos que esa sensibilidad extrema les cause algún daño en el futuro, ya que la sociedad no es igual de sensible que ellos. En este sentido, es cierto que esa cualidad les puede hacer vulnerables ante el resto de las personas, pero tenemos que cambiar la perspectiva y ser conscientes de que también les puede hacer más fuertes.

Lo mejor, es no buscar que sea una persona más dura o insensible, ya que su corazón es un tesoro que se debe cultivar. Solo hay que enseñarles a gestionar sus emociones a través de actividades para que esa condición juegue a su favor. Pero, ¿cómo ayudarles? Toma nota:

  • Enséñale que su empatía y su sensibilidad son cosas maravillosas. No hay nada más bonito y poderoso que moverse a través del amor. Estos niños son maestros de altruismo y nos recuerdan que la compasión es necesaria.
  • Dale un espacio para que pueda expresar todas esas emociones que acumula en su corazón y que no son solo suyas. Será la forma en que pueda recargarse de energía.

Actividades que puedes ofrecerle

Existen actividades que puedes ofrecerle a tu hijo para que pueda gestionar mejor esas emociones más intensas. Al absorber las energías diversas de su entorno, a veces pueden sentirse demasiado cargados. Por eso, los adultos deben proporcionarles actividades que les ayuden, tales como las siguientes:

  • Pintar.
  • Cantar o hacer música.
  • Tener contacto con la naturaleza.
  • Cuidar mascotas (sobre todo gatos).

Además, es necesario evitar involucrarles en actividades que sean competitivas. Ellos no compiten, sino que cooperan y necesitan ayudar para sentirse bien. El ambiente competitivo les puede sobrecargar emocionalmente y que lo pasen realmente mal.

Es fundamental apoyar a los niños esponja y permitirles que sean niños, aunque muestren un comportamiento más maduro para su edad.

Consejos para que sienta su grandeza

Ayudar a los otros le permite a los niños esponja gestionar mejor sus emociones, pero también es necesario que sean capaces de expresarlas para equilibrarlas. Por eso, los padres deben proteger a sus hijos y proporcionarles espacios para su expresión emocional. Además, nunca deben aprovecharse de ese altruismo del menor para el beneficio propio. También, Además, es clave ser conscientes de que se les agota la energía rápidamente al absorber emocionalmente la de los demás.

Por último, merece la pena recordar que la sensibilidad de los niños no les vuelve frágiles. Con una buena gestión de las emociones, serán personas fuertes y maravillosas. Debes saber que los niños PAS o Altamente Sensibles, también son considerados niños esponja. Por último, ten en cuenta que sus corazones no son vulnerables, sino que están repletos de grandeza.

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FUENTE: MujerHoy