Identificar y expresar las emociones no es nada sencillo, y menos para los niños. A lo largo del día, las personas experimentamos diferentes emociones que nos dan información sobre cómo nos sentimos ante lo que sucede. El punto es que no siempre nos percatamos de ello, por lo que expresarlas convenientemente es todo un desafío.

Técnicas para que los niños aprendan a expresar sus emociones

En este caso, hablamos específicamente de la expresión emocional durante la infancia. Los pequeños están en pleno proceso de crecimiento y es esperable que aún no sepan cómo identificar, nombrar o manifestar lo que sienten. A continuación, te contamos cómo ayudar a los niños a expresar emociones como la alegría, la tristeza, el miedo, el enojo o la frustración.

1. Nombrar las emociones

Las emociones son algo tan abstracto como cotidiano. Cuando los adultos nombran las emociones en la vida diaria, los pequeños incluyen palabras como ‘alegre’, ‘triste’ o ‘enojado’ en su vocabulario y comprenden mejor su significado.

Entonces, para ayudar a tus niños a manifestar lo que sienten, puedes empezar por ponerle palabras a tus propias emociones. Por ejemplo, si esperan que los atiendan en el médico y te enoja la demora que hay, puedes decirles lo siguiente: «me enoja que el médico tarde tanto en atender». O, si pasean por un parque precioso, puedes exclamar esta frase: «me da mucha alegría estar aquí y pasar un buen rato».

Uno de los métodos más eficaces para que los niños puedan aprender a expresar las emociones es hablar de ellas en el día a día.

2. Identificar las emociones de los personajes de cuentos y películas

Las historias narradas en cuentos o películas son una excelente oportunidad para que los niños aprendan acerca de las emociones. A partir de ellas, los pequeños podrán ver sus propias emociones reflejadas en los personajes.

En ocasiones, reconocer lo que un tercero siente puede ser más sencillo que descifrar lo que uno mismo siente. En este sentido, es más que interesante invitar a los chicos a conversar sobre lo que sucede en la película o en el cuento con relación a los estados anímicos. Por ejemplo, puedes guiar el diálogo al hacer preguntas como las siguientes: ¿qué siente este personaje?, ¿qué lo hizo sentir así?, ¿cómo te sentirías tú en su situación?

3. Crear un diccionario de emociones

Los niños tienen que saber que las emociones son una parte fundamental de la vida y algo que comparten todos los seres humanos. Por otro lado, es importante explicarles que, aunque algunas son placenteras y otras desagradables, cada una de ellas es válida. Sentirlas es natural y manifestarlas con libertad es conveniente, pues nos ayuda a sentirnos mejor.

Entonces, ¿qué tal si crean juntos un diccionario de emociones? Basta con un bonito cuaderno y una variedad de lápices para plasmar a través de las palabras o dibujos lo que cada una de las emociones representa para ellos. La enorme cantidad de emociones existentes podría abrumar a los niños en primera instancia. Por eso, es recomendable comenzar este proyecto con las 6 emociones básicas: la ira, la tristeza, la alegría, el asco, el miedo y la sorpresa.

4. Realizar juegos de representación

Los gestos y las expresiones faciales son lo más visible de las emociones. Es aquello que se puede advertir a simple vista y lo que a menudo nos da un indicio de cómo se siente la persona que tenemos enfrente.

Aprender a expresar las emociones puede ser de lo más dinámico y divertido. En este sentido, los juegos de mímica o representación pueden ser muy útiles. Por ejemplo, pueden jugar a que uno elige una emoción para recrear con el cuerpo, sin emitir palabra, y el otro tiene que adivinar cuál es. Algo similar pueden hacer con imágenes de revistas, diarios o pictogramas e identificar los estados emocionales de quienes aparecen allí.

5. Hacer preguntas divertidas

Las emociones son procesos mentales profundamente complejos. No es fácil describirlas en pocas palabras de forma clara. Para que los niños conozcan mejor sus propias emociones, podemos hacerles preguntas lúdicas como estas: ¿en qué parte del cuerpo sientes el enojo?; si la alegría fuera un objeto, ¿cuál sería?; ¿y si fuera un color?; si el miedo te pudiera hablar, ¿qué te diría?.

Además, a partir de estos interrogantes, los chicos tendrán que hacer un trabajo de introspección mientras potencian su creatividad. Es fundamental brindarles tranquilidad, dejarles en claro que no existe una respuesta correcta y hacer hincapié en que es un juego donde no hay ganadores o perdedores.

Mediante los juegos de rol se pueden plantear situaciones en las que las emociones estén involucradas. Los niños se ubicarán en un lugar protagónico y tendrán que identificarlas.

6. Realizar juegos de rol sobre situaciones cotidianas

Los juegos de roles reflejan una propuesta dinámica que permite el aprendizaje de manera sencilla y ocurrente. Se pueden presentar situaciones hipotéticas que podrían suceder en la escuela, en la calle o en casa y que los niños actúen como si vivieran ese momento. Además, deberán evaluar distintas alternativas para tomar alguna decisión o intentar resolver un conflicto.

La importancia de que los niños aprendan a expresar sus emociones

La expresión es un aspecto básico de la inteligencia emocional y es fundamental para la salud psíquica de las personas. Merece la pena recalcar que es posible aprender a manifestar lo que uno siente, incluso en la adultez.

Sin embargo, que los niños sean capaces de expresar sus emociones desde pequeños es profundamente significativo. Se trata de una valiosa herramienta para obtener contención y apoyo de otros. Además, ayuda a desarrollar la empatía y la asertividad, al tiempo que genera una sensación de alivio y liberación que resulta en un mayor bienestar emocional.

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FUENTE: MujerHoy