Con ella nació la «skinification» sin que existiese aún este palabro. Me refiero a Miriam Quevedo, la barcelonesa detrás de la firma homónima, a quien debemos que a día de hoy nos cuidemos el cuero cabelludo con el mismo esmero que el rostro: paso a paso y con cosmética de calidad.
Suyo es el primer «scrub» capilar que comencé a utilizar –cuando todavía costaba introducirlo en la rutina facial– y suyo también un champú que superaba los 30 euros (después de probarlo entiendo el porqué del precio y firmas como Guerlain y Sisley se han sumado a la oferta capilar de alta gama).
En su afán por innovar, Quevedo inauguraba en 2021 su primer «hair spa» del mundo en el hotel Mandarin Oriental de Barcelona, ubicado en el Paseo de Gràcia. ¿Un spa para el cabello? ¿Y en camilla en una cabina para una sola? ¿Qué hacen exactamente? Cuesta entender el concepto, así que aprovecho el lanzamiento de su nuevo tratamiento, «Opulent Transforming 24k Gold Experience», para disfrutar de un ritual cuyo nombre deja bastantes pistas: opulento, transformador y… ¡con oro!
En qué consiste el tratamiento de lujo que transforma el cabello
Se trata de un exclusivo protocolo donde, primero, analizan el cuero cabelludo y el cabello con una cámara para comprobar su estado y, después, reparan la estructura capilar con tres tipos diferentes de oro de 24 quilates: bioactivo, micronizado y en escamas. Durante la sesión, un «hair therapist» realiza masajes drenantes y activadores de la circulación que son como hacerle un »boca a boca» a una parte del cuerpo que lucimos dañada sin inmutarnos. Pero hay más sorpresas.
Mi experiencia en un «hair spa» donde me aplican oro
El ritual de bienvenida está a la altura del escenario «cinco estrellas» que acoge el spa capilar. Me ofrecen un albornoz y las típicas zapatillas desechables de hotel, como si fuese a visitar un balneario de los de sauna y ducha escocesa. Degusto un sabrosísimo té de manzana, fresa, miel y menta hasta que me reclama el terapeuta que me acompañará en mi experiencia «transformadora».
El lugar donde se desarrolla la acción es una cabina para mí sola con un gran espejo al fondo. En el centro, un sillón, donde me siento, se reclina y hace las veces de camilla. El primer paso es el diagnóstico capilar, para el cual el experto necesita disponer de una breve historia de mi cabello: cuántas veces lavo el pelo a la semana y cuándo lo hice por última vez, rutina de productos, cómo es mi dieta, qué herramientas térmicas utilizo y si recientemente lo he sometido a procedimientos como keratinas o alisados.
La cabina del tratamiento capilar de Miriam Quevedo. / d.r.
A continuación, un dispositivo con cámara conectado a un iPad «escanea» cuero cabelludo y cabello. En mi microcosmos capilar hay de todo: toxinas, desprendimiento celular, rojeces e inflamación, que puede deberse al estrés o al cambio de estación. « Los folículos están irritados, hay que relajarlos», espeta el terapeuta. Las hebras, en primer plano, se ven mates, porosas y secas. Queda mucho trabajo por hacer…
«Este tratamiento es uno de los más lujosos de Miriam Quevedo. Transforma un cabello mate en uno brillante y suave, con ligereza, sin apelmazar. Utilizamos mascarilla con un alto concentrado en oro, que para mí resucita lo que está en el más allá, pues mejora la estructura capilar a todos los niveles: folículo, cabello y cuero cabelludo», me explica antes de ponerse manos a la obra y mezclar, con maneras de alquimista, el exfoliante con un «shield» (escudo protector) y la mascarilla con un «shot» de vitaminas (una pipeta es suficiente para aportar jugosidad y nutrición).
Una de las cosas más sorprendentes es que el preludio del ritual es un facial que incluye doble limpieza y sérum con vitamina C, un exclusivísimo producto que también incorpora oro de 24 quilates. Una vez se entra en materia capilar, el experto exfolia el cuero cabelludo, con insistentes friegas, desde el frontal hasta el occipital y a ambos lados de la cabeza. Me resulta de lo más placentero y casi puedo percibir la profundidad de la limpieza, que acabará con las escamas que hasta hace unos minutos poblaban mi cabeza.
El sérum capilar con vitamina C y oro de 24 quilates que se aplica durante el tratamiento. / d.r.
Como en el rostro, y siguiendo la máxima de Miriam Quevedo de cuidar la piel del cuero cabelludo, llega el momento de la doble limpieza, que se combina con micropartículas de vapor. Aquí me siento una muñeca de trapo en manos del experto, que reclina el sillón y sin recuperar la verticalidad me lava la cabeza. ¿Un truco para hacerlo bien en casa? «Mover el cuero cabelludo, desde la frente y cubriendo todo el tramo de la cabeza. El masaje es drenante, ayuda a liberar las tensiones y activa la circulación».
Llega el momento de extender la mascarilla, la joya de la corona gracias al oro. Este metal precioso es un excelente conductor de nutrientes y ayudará a que penetren los ingredientes activos de la fórmula (ni más ni menos que 44, todos con propiedades extraordinarias), que se impulsan con oxígeno. Son como pequeños chorros fríos que se inyectan en el cuero cabelludo y que, a su vez, van cerrando la cutícula.
Como último paso, se aclara todo y se insufla al cuero cabelludo otro chute de vitaminas. «Es un refuerzo para personas que necesitan un extra de nutrientes. Van al folículo y lo alimentan», dice el especialista. Ya estoy lista para la prueba del algodón, la microcámara que no engaña. Las escamas han desaparecido y la cutícula aparece menos porosa y sellada, pero sin duda lo más llamativo es el brillo del cabello.
Cuánto cuesta y para quién se recomienda
Todos los tipos de cabello se verán beneficiados con esta cura de lujo, pero en especial los más gruesos, los muy secos y aquellos a los que les falta vida (la luminosidad es una de las cosas que primero se perciben tras el tratamiento, debido al chute de nutrición). Si bien es para todas las melenas, no para todos los bolsillos, ya que la sesión de 2 horas cuesta 250 euros.
A favor
-Basado en hechos, no en opiniones: verás con tus propios ojos, en la pantalla del ipad, cómo en el cuero cabelludo no queda no rastro de suciedad. También cómo cada hebra queda perfectamente sellada, como envuelta en un plástico.
– Recién salida de la peluquería: al igual que tras un facial no te maquillan, aquí podrían secar y listo porque el cabello habla por sí solo. La buena noticia es que el ritual incluye estilismo.
-Se agradece la intimidad del lugar. No te encuentras expuesta a la vista de los demás, como en una peluquería, sino en una cabina privada donde únicamente estaréis el terapeuta y tú.
-Me gustó el preludio del minifacial, para entrar en el «mood» desestresante.
En contra
-Lo habrás pensado al leerlo… el precio. Pero es que estamos hablando de productos caros. Para que te hagas una idea, la mascarilla de oro, «Sublime Gold», cuesta 235 €, mientras que el sérum de vitamina y oro de 24k, 225 €.
-Ocurre con muchos spas de hoteles de lujo: aunque están abiertos al público, intimida el hecho de tener que atravesar el hall de un cinco estrellas.
Otros tratamientos similares
El concepto de «hair spa» se abre camino en nuestro país poco a poco. Parecido al de Miriam, y también con nombre propio y en un hotel cinco estrellas (Rosewood Villamagna, en Madrid), encontramos el de Claudia di Paolo. En este caso, no se incluye diagnóstico capilar con cámara y el enfoque es más holístico, dirigido a desestresar. Los precios son similares.
El cuidado del cuero cabelludo comienza a incluirse también en los menús de centros de belleza y consultas de dermatólogos. Un ejemplo es « Hydrafacial Keravive», donde este popular dispositivo facial se utiliza para limpiar, nutrir y estimular el cuero cabelludo. El precio de la sesión ronda los 300 €.
FUENTE: MujerHoy