El sexo durante el confinamiento ha sufrido una transformación. Las ventas de juguetes eróticos se han disparado, así como la actividad en las apps para ligar y hemos vivido un florecimiento del sexting. Estas dos últimas circunstancias han propiciado que tengamos que volver a hablar de una 'microagresión' muy habitual: el envío de fotos explicitas, normalmente fotos de penes, sin consentimiento de quien las recibe. Si ya hace un tiempo que Tinder eliminó el intercambio de fotos en su plataforma para evitar este tipo de acoso, ahora otra popular aplicación, Badoo, estrena el 'detector privado', una herramienta que utiliza la inteligencia artificial para frenar las fotos no solicitadas de genitales.
Esta herramienta de Badoo es la primera de su clase en la industria de las citas online, y es una de sus últimas incorporaciones para mejorar la seguridad de la app. El Detector Privado es capaz de capturar las imágenes explícitas según se envían (con un 98% de precisión). Estas fotos se difuminarán y quedará a elección del receptor si abrir el documento, eliminarlo o reportar al usuario que la haya enviado.
Conocer gente a través de aplicaciones de ligue es parte de esta 'nueva normalidad' del sexo y las relaciones propiciada por la pandemia. Iniciativas como esta sirven para que todas las personas se sientan seguras utilizando estas herramientas y para tomar conciencia de comportamientos que no son tolerables.
¿Por qué se envían fotos de penes no solicitadas?
La estadística es demoledora: la mitad de las mujeres solteras han recibido alguna vez fotos de penes sin haberlas pedido. La encuesta es estadounidense, del estudio “Singles in América” que anualmente realiza Match.com, pero el fenómeno es probablemente trasladable a cualquier sociedad occidental globalizada. En ella se concluye que el 47% de los varones ha envido alguna vez una foto de sus genitales, mientras que el 53% de las mujeres la han recibido (el 4% de estas la habían solicitado antes). Para los psicólogos, el hecho de enviar fotos de penes tiene una explicación clara: se trata de una demostración de poder, de dejar claro quien controla la situación. Se trata de pura y dura reafirmación de su propia masculinidad.
Respuesta a la pregunta: ¿Qué hago si me envían fotos de penes?
La pregunta, entonces, es: ¿cómo hemos de reaccionar si recibimos una de estas “graciosas” fotos? Veamos algunos ejemplos más allá de lo que suelen recomendar las expertas: borrarla e ignorar por siempre jamás al que la ha enviado. En junio del año pasado, supimos que Samantha Mawdsley, una joven británica, respondió a uno de esos microagresores enviándole decenas de fotos de penes, algunos adornados con pegatinas de colores y dibujos animados en plan Snapchat y ridiculizando el de su agresor. El hombre terminó rogándole que lo dejara y que no compartiera en público su conversación, cosa que ella hizo 'ipso facto'.
La modelo Emily Sears, con más de 2.3 millones de seguidores en Instagram, recibe al día al menos una imagen fálica, casi siempre acompañada de mensajes obscenos. Harta de tanto pene con mensaje, decidió buscar a las novias de estos hombres para comunicarles el comportamiento de sus parejas. “Siento decirte que tu novio se dedica a enviar fotos de sus genitales a modelos en Instagram. Te lo digo porque soy una mujer y las mujeres debemos apoyarnos. Quiero que sepas que lo hacen todos los hombres y no es un problema tuyo. Haz lo que mejor te parezca con lo que te he contado”, escribió Emily a la pareja de uno de los usuarios que la acosaba por la red.
La artista estadounidense Whitney Bell optó por no desaprovechar el potencial artístico de tal acumulación de penes sin cuerpo: los convirtió en una exposición que mostraba más de 200 fotografías de genitales masculinos no deseados. En el caso de denunciar, aunque el conflicto se suele resolver con multas, puede quedar una condena en el aire que perjudique en el caso de que se produzca un nuevo comportamiento delictivo. En Alemania, un joven denunciado por enviar la foto de su pene por SMS fue multado y condenado a un año de cárcel (que no cumplió por ser su primer delito) y en Estados Unidos un juez puede considerar el envío de estas fotos distribución de pornografía ilegal y dictar asimismo encarcelamiento.
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