Las discusiones de pareja son algo prácticamente inevitable, sobre todo si compartís el día a día. Tarde o temprano, en una relación amorosa aparecen momentos en los que hay diferentes opiniones sobre un mismo tema o bien surgen malentendidos. El problema no está en discutir, sino en cómo hacerlo para que no se convierta en una batalla campal y, por el contrario, sirva para mejorar vuestra comunicación y afianzar el vínculo. Una discusión de pareja no debería ser un cúmulo de gritos y acusaciones, sino un espacio en el que tratar un problema con argumentos razonados, escuchando lo que el otro tiene que decir y con el objetivo de llegar a un punto en común.
El psicólogo Arturo Torres, de Psicología y Mente, nos da los ocho consejos fundamentales para afrontar una discusión de pareja de manera constructiva y mejorar tu relación en el proceso. Apunta, porque esto te interesa:
1. Detectad el problema principal
Este paso es fundamental para que la discusión sea verdaderamente constructiva. Una vez se detecta el tema que quereis tratar, es más fácil encarrilar la discusión y que no se cambie de tema hacia otros hechos más viscerales y que pueden terminar en gritos y acusaciones.
2. Afronta la discusión como un asunto comunicativo
Una discusión en pareja no tiene por qué convertirse en un campo de batalla en el que los proyectiles son insultos y las defensas acusaciones. Una discusión no es más que comunicación en la que ambas personas manifiestan su opinión contraria sobre un hecho en particular y escuchando al otro puedes entender sus motivos e incluso modificar tu propia opinión.
3. Distingue los sentimientos de los hechos
¿Cuántas veces te ha pasado que has asumido que tu pareja tiene que saber cómo te sientes y actuar en consecuencia? Lo que no se dice no tiene por qué saberse y has de saber distinguir entre lo que ha hecho y lo que tú has sentido en función de ese comportamiento.
4. Aprende a utilizar las pausas
Si en mitad de la discusión comienzas a sentirte frustrada o enfadada, tómate un descanso para relajarte, ya que es probable que comiences a elevar el tono y la discusión pase a mayores. En el momento en el que surgen sentimientos negativos en una discusión, ya no escuchas los argumentos del otro y te centras en ganar.
5. No utilices la discusión para sacar viejos conflictos
Todos podemos tener enquistados ciertos sentimientos de agravio que no fueron solucionados en su momento, pero sacarlos a colación cuando no tocan os desvían del tema. Si estás tratando un tema en concreto, céntrate en ese tema y luego intenta solucionar ese conflicto anterior con la misma serenidad.
6. No os interrumpáis
Si no respetais el turno de palabra, el tono de la voz va a ir elevándose, haciendo que comiencen a aparecer sentimientos de frustración y enfado.
7. Reformulad lo que el otro dice
Cuando ambos hayais expuesto vuestros argumentos, es bueno intentar explicar con vuestras propias palabras lo que el otro ha dicho. De este modo, si no has entendido su opinión al 100%, el otro tiene la oportunidad de volver a explicarse y no surgirán malentendidos.
8. Practicad la asertividad
Es importante que expongas todo lo que opinas realmente acerca del tema tratado, aunque pueda resultarte incómodo. Es el único modo de que el otro te entienda y la discusión sirva para algo.