Un buen look de maquillaje no solo depende de usar los mejores productos, también de la técnica. Por eso, si no queremos obtener un resultado poco favorecer, debemos saber cómo aplicar el colorete según la forma de la cara. Sí, efectivamente, al igual que no todos los tipos de labios se maquillan igual o vale el mismo eyeliner para los tipos de ojos que hay, también tenemos que tener en cuenta nuestra fisionomía a la hora de darle rubor a nuestras mejillas.
Porque, el efecto cambio por completo. Si lo pones demasiado abajo puede envejecerte. Y, si no lo aplicas según la estructura de tus pómulos, puedes conseguir un efecto contrario al deseado o incluso remarcar los defectillos a corregir con el maquillaje. Así que, para que lo uses como un profesional, te enseñamos dónde y cómo aplicar el colorete según la forma de la cara, sin riesgo a errores.
Trucos para saber cómo aplicar el colorete según la forma de la cara
El mayor indicativo o guía que tenemos para saber dónde posicionar el colorete es la propia fisionomía. Nuestro rostro tiene una forma concreta que nos determinará los puntos exactos de la cara donde aplicarlo. Aunque por regla general, el blusher se ha dispuesto siempre en la zona de las mejillas (bien en las manzanas o en los pómulos), no tiene por qué ser así para todo el mundo.
Gracias a la evolución de las técnicas de maquillaje a lo largo de los años, los profesionales han encontrado la manera perfecta de ubicar el colorete según nuestras propias características. Y, a pesar de que hay tendencias que puedes seguir independientemente de si se aplican en el sitio o lo que más le favorece a tu cara (porque el maquillaje está para divertirse e innovar), tenemos que conocer estos trucos para así poder sacarnos mayor partido.
Esquema de aplicación del colorete según la forma de la cara / CHARLOTTETILBURY
Cómo aplicar el colorete en cara redonda
En el caso de tu rostro tenga una forma esférica, homogéneo por todas partes y con mayor anchura hacia los lados, intentaremos contrarrestar ese exceso de dimensión en el lateral haciéndolo parecer más alargado. Para ello, empezaremos posicionándolo en la parte baja del pómulo y lo aplicaremos con movimientos ascendentes suaves hasta la sien.
De tal forma, no solo ruborizaremos la piel para conseguir un efecto buena cara, también aportaremos mucha más definición a las facciones, porque este trazo remarca los pómulos, reafirma y adelgaza la cara. Es decir, le quitamos redondez a las mejillas y obtenemos un efecto más esculpido. Pero, si solo quieres resaltar mejillas, puedes empezar en la zona superior de estas y llevarlo hacia arriba.
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Para rostros cuadrados
Lo que destaca de este tipo de cara es la rectitud excesiva de sus ángulos. Son facciones muy marcadas que pueden parecer excesivamente duras y masculinas, por eso trataremos de suavizarlas y dulcificarlas mediante la aplicación correcta del colorete. De esta forma, lo dispondremos justo en la parte alta de las mejillas y en el centro.
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Es decir, se ubicará en las manzanas (ten como referencia las pupilas de los ojos), solo que un pelín más elevado. Y, para no excedernos aún más en la definición de los rasgos, ya de por sí muy marcados, lo mejor es concentrarnos justo en este área, difuminando el blusher en movimientos circulares. Después, puede extenderse sutilmente hacia el lado, pero con menor pigmentación para no quitarle protagonismo al color en el centro.
Para rostros ovalados
Son los tipos de cara más armónicos. La forma de este rostro es muy versátil porque congrega lo mejor de todas las categorías. Su longitud es mayor que su anchura y por eso la posición del colorete pretenderá enfatizar los pómulos. Es decir, el truco que seguiremos para usar el blusher en este caso será el tradicional.
Partimos desde el centro de la mejilla y después difuminaremos hacia arriba marcando la línea del pómulo hacia la zona de la sien. De tal forma, se redondea ligeramente el aspecto a la par que se potencian las facciones, con un efecto esculpido. Siempre los movimientos serán hacia arriba, pero los combinaremos con la técnica anterior circular en la parte de las manzanas.
Cómo aplicar el colorete en rostro alargado
Para contrarrestar la excesiva verticalidad y longitud este tipo de cara, usaremos una técnica rectilínea a lo ancho. Entonces, empezaremos en la parte alta de las mejillas casi rozando con las ojeras y lo llevaremos desde el centro hacia afuera, pegado a la oreja. Esta también podría ser una forma de aplicación ideal para los rostros de tipo diamante.
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Se trata de una mezcla entre el ovalado y el cuadrado, solo que con mayor longitud. Por ello, para redondearlo y hacerlo más dulce seguiremos este trazo en horizontal que rompe con la forma vertical y lo anguloso de las facciones. Además, con este difuminado también se consigue un efecto reafirmante y rejuvenecedor.
Para rostros corazón
Se trata de una cara más ancha en la zona superior que en la inferior. Es decir, se ensancha en la frente y se estrecha en la barbilla. Por tanto, trataremos de equilibrar las dimensiones del rostro para un acabado uniforme, sin excedernos en la anchura de los lados y contrarrestando lo picudo del mentón.
De tal manera, usaremos un trazado curvo para difuminar el colorete, yendo desde la parte baja de las mejillas hacia la sien, pero haciendo esa forma de U abierta que recorra el contorno del ojo. Trataremos de suavizar lo máximo posible para que el colorete no quede más marcado en ninguno de los dos extremos y se consiga un resultado homogéneo.
FUENTE: MujerHoy
