Ya se sabe, el amor es el motor de todas las cosas. Junto con el sexo. ¿Pero pueden el sexo y el amor existir por separado? ¿Es posible ser amigos y amantes al mismo tiempo? ¿Qué lugar ocupan las aventuras y las fantasías?

¿Qué piensan de todo esto los millennials? Para abordar estos problemas en profundidad, los expertos de Mundopsicologos.com han hablado con la ‘Generación Y’, y las consideraciones que surgieron son decididamente interesantes.

La primera vez, ¿algo inolvidable?

Se tiende a tener muchas expectativas acerca de la primera vez que tenemos una relación sexual. Pero ¿qué huella nos dejará este acontecimiento? Intentemos comprender si se han cumplido las expectativas.

Para la mayoría de los encuestados parece que sí. La primera vez para el 77%, es inolvidable. La primera vez no necesariamente tiene que ser inolvidable por su perfección, simplemente puede ser el recuerdo de un momento gracioso para descubrir un mundo hasta ahora desconocido.

¿ Sexo sin amor?

¿ Es importante discernir? Parece que para el 75% es así, y de hecho considera que el sexo y el amor son dos mundos separados, mientras que para el 25% son dos realidades inseparables. Las razones de esta división parecen estar en la interpretación del sexo como algo que puede contaminar la pureza de una relación de amor. El sexo es un componente fundamental dentro de una relación, y si no funciona y no se vive de manera libre y cómplice por ambos lados, los efectos negativos tienen un impacto en la calidad de la vida de pareja.

Pensar que no puedes tener relaciones sexuales abrumadoras con tu pareja, reservadas solo para encuentros casuales con "otros", es un error que puede llevarte a buscar fuera lo que podrías tener dentro de tu relación sin problemas, simplemente dejando que caigan tabús innecesarios.

Vídeo. Cómo ser más feliz en el sexo: las claves

No a las fantasías que se hacen realidad

¿Millennials soñadores? Parece que no. Solo una minoría (37%) se declara a favor de las fantasías que se hacen realidad. Un dato que desanima y que quita al sexo y al amor su significado original.

El sexo, como el amor, se alimentan en gran medida de sueños, y reprimir las propias fantasías por temor a sentirse decepcionado por la realidad no le permite a uno experimentar plenamente los sentimientos y las relaciones. Si una fantasía que se traduce en realidad no coincide con lo que se esperaba, no significa que sea peor. A veces la realidad tiene grandes sorpresas, que superan con creces la imaginación, lo importante es ser siempre receptivo.

Aventuras, ¿por qué no?

Según los millennials, parece que no. De hecho, si para el 45% las aventuras son un salvavidas real, en el 55% restante deja una sensación de vacío. Después de la emoción inicial, de hecho, nos encontramos perdidos y solos y la melancolía se apodera de nosotros.

Sin embargo, no debe subestimarse la posición de más de 4 de cada 10 entrevistados, que promocionan el valor de las relaciones ocasionales y ligeras como una forma agradable de pasar el rato, sin compromisos, con el único propósito de no pensar y de divertirse, práctica que en sí misma no es dañina, si ambas partes están dispuestas y no buscan nada más que diversión saludable.

Amistad con derecho a roce, ya no convence del todo

Solo el 49% de los millennials se declara a favor del sexo entre amigos, considerando el sexo y la amistad como la combinación perfecta, mientras que para el 51% sería imposible mantener una amistad con alguien con quien compartes la cama.

Pues sí, la figura histórica del follamigo está en crisis debido al escepticismo de los millennials. Parecería que aquellos que durante años han desempeñado un papel fundamental con afecto en tiempos de crisis y poca actividad, ahora son reemplazados por figuras externas, con quienes no se comparte nada más que la cama y el grado de intimidad en todas las demás las esferas personales se reduce al mínimo. Cómplices de este cambio de puntos de vista son las aplicaciones y las redes sociales, que hacen que sea mucho más fácil encontrar nuevos protagonistas para aventuras sin demasiadas implicaciones.

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