Cuando un bebé nace, comienza todo un proceso de aprendizaje y de desarrollo cerebral que seguirá un ritmo vertiginoso durante los primeros años de vida. Y en él, los colores juegan un papel fundamental. Se trata de uno de los primeros elementos con los que el pequeño experimentará el sentido de la vista. Además, se convertirán en grandes aliados para ayudarle a conocer y comprender el entorno que le rodea. Por todo esto, queremos hablarte de la importancia de los colores en los bebés.

Seguramente, habrás observado que los espacios y objetos destinados a los infantes son, por lo general, coloridos, llamativos y vibrantes. Y esto no es casual. Lo cierto es que los colores estimulan el desarrollo cognitivo, influyen en el estado de ánimo y son un gran facilitador para el aprendizaje. Pero, ¿de qué forma intervienen?, ¿cómo podemos emplearlos apropiadamente? Exploramos la respuesta a continuación.

La percepción de los colores y su evolución

Durante los primeros meses de vida el sentido de la vista se desarrolla y agudiza. Los colores son fundamentales para ayudar al bebé a lograrlo. Tengamos en cuenta que durante los tres primeros meses el infante percibe de forma borrosa y únicamente en blanco y negro. Aún no percibe el color, pero tiene una gran capacidad para identificar detalles y diferencias debido a la iluminación. Por ejemplo, puede sentirse atraído hacia el color rojo debido a su luminosidad.

Hasta los seis meses, serán los contrastes los que más ayudarán al desarrollo perceptivo. Y es que al bebé le resultarán llamativos esos cambios de tono.

Conoce cuál es la importancia de los colores en los bebés

Más allá de la capacidad progresiva del bebé para captar, reconocer y discriminar los colores, te contamos cuáles son algunos de los beneficios que aportan a su desarrollo.

Cuando el bebé alcance el año de vida, será consciente de la existencia de los colores y, posteriormente, aprenderá a discriminar entre ellos.

Conexiones neuronales y aprendizaje

Cuando somos bebés, tenemos una gran cantidad de conexiones neuronales, pero a medida que crecemos se produce una poda sináptica. Es decir, un proceso de refinamiento que nos permite quedarnos con las conexiones más útiles y fortalecerlas.

En este proceso, los colores ayudan a los niños y les permiten interesarse por lo que ven en su entorno, por lo que se sienten más animados a interactuar con los objetos.

Discriminación de objetos y vocabulario

Los colores, las diferencias y los contrastes entre ellos, son un apoyo para el bebé a la hora de discriminar cuando su sentido de la vista aún no está bien desarrollado. Pero también, posteriormente, ya que los niños tienden a asociarlos con los objetos para reconocerlos fácilmente. Por ejemplo, el cielo es azul, el sol es amarillo y las manzanas son rojas. Estas conexiones ayudan a la identificación de objetos y también favorecen el aumento en el vocabulario.

Memorización

La importancia de los colores en los bebés también está relacionada con la capacidad memorística. Y es que los infantes recuerdan mejor los colores que las señales verbales. Así, utilizar imágenes coloridas puede hacer más fácil el aprendizaje y el recuerdo de contenidos.

Construcción de la identidad

Más allá del plano intelectual, también encontramos un efecto beneficioso en lo referente a la construcción de la identidad. En este sentido, una vez que el niño es capaz de identificar los colores, nombrarlos y comprender sus asociaciones, puede comenzar a escoger y a desarrollar sus gustos y preferencias.

Tener algunos tonos favoritos, seleccionarlos en su ropa, en los juguetes o en las pertenencias, ayudan a fortalecer su sentido de individualidad y a comenzar a construir parte de su personalidad. También, puede descartar aquellos colores que menos le gustan, entre otras acciones y decisiones sencillas.

Estado de ánimo

Por otra parte, los colores tienen un efecto en el estado emocional y esto es algo que puede resultar positivo o negativo. Ciertos tonos inducen la calma y la serenidad, mientras que otros estimulan y favorecen el aprendizaje. También, algunos distraen y otros alientan a la creatividad.

Por esto, es importante realizar buenas elecciones y combinaciones en los entornos de los niños a fin de lograr los objetivos deseados. Por ejemplo, un aula infantil o una sala de juegos no deberían tener los mismos tonos que un dormitorio, ya que las funciones para las que se utilizan son muy distintas.

Combinar alimentos con variedad de colores y presentarlos de manera llamativa puede despertar el interés del bebé a la hora de consumirlos.

Hábitos alimentarios

Por último, los colores pueden convertirse en excelentes aliados a la hora de establecer buenos hábitos alimentarios. Por ejemplo, es común que los bebés se muestren reticentes a probar o aceptar ciertos alimentos. Sin embargo, prepararlos de formas llamativas al combinar y resaltar sus colores naturales, puede hacer que resulten mucho más atractivos para los pequeños.

¿Cómo estimular al bebé con los colores?

Con todo lo anterior en mente, concluimos que los colores tienen un gran potencial para favorecer el desarrollo cognitivo, emocional y social de los bebés. Por tanto, hemos de usarlos sabiamente.

El punto clave es asegurarnos de que el niño esté expuesto a diferentes tonos y a sus contrastes en sus entornos diarios. Comprar móviles llamativos, decorar las zonas de juego en tonos cálidos y combinar en el día a día una variedad de colores ayudará a estimular al bebé. Así, se despertará su interés y se favorecerá un desarrollo adecuado.

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FUENTE: MujerHoy