Las normas de convivencia son una serie de pautas de protocolo que utilizamos a diario para mantener la armonía con las personas y el entorno que nos rodea.
Estas conllevan una serie de conductas que reflejan diferentes valores, como el respeto, la tolerancia, la amabilidad y la empatía, entre otros. Se jerarquizan según las circunstancias o el lugar donde nos encontremos, tales como el entorno familiar, la escuela, el trabajo y la sociedad en general.
En el contexto escolar, adquieren una relevancia especial, ya que contribuyen al desarrollo social y emocional de los niños, preparándolos para interactuar tanto dentro como fuera del ámbito educativo. Por ello, comprender la importancia de las normas de convivencia en la escuela de tus hijos es vital para fomentar su crecimiento integral y su bienestar general.
¿Cuál es el rol de las normas de convivencia en la escuela?
En ocasiones, los padres de familia pueden plantear preguntas sobre las reglas de convivencia en el entorno escolar, buscando comprender su relevancia en el desarrollo de sus hijos.
La comprensión de estas normas es esencial, ya que, según una publicación de la Revista Núcleo Multidisciplinar, aprender a convivir es fundamental para el desarrollo personal. Este conocimiento no solo nos permite comprender a las demás personas, también nos enseña a incorporar estos principios en la forma en que nos comportamos y relacionamos con quienes nos rodean.
En consecuencia, las normas de convivencia en el ámbito escolar desempeñan un papel importante en el crecimiento integral de los estudiantes. Estas pautas, que son tan importantes como las que se dictan en casa, facilitan un ambiente de bienestar e integración en la escuela, contribuyendo a alcanzar los objetivos educativos y formativos.
De esta forma, permiten que cada miembro de la comunidad educativa, incluyendo profesores, alumnos y padres de familia, conozcan las expectativas sobre cómo comportarse y relacionarse con el centro educativo.
Además, son esenciales para mantener el orden y fomentar el respeto, evitando conductas perjudiciales y promoviendo prácticas que contribuyan al desarrollo personal y social de los estudiantes en el futuro.
Asimismo, son muy importantes para asegurar el orden y mantener el respeto dentro de la escuela, evitando conductas que puedan ser perjudiciales y fomentando buenas prácticas para que en el futuro los estudiantes puedan ser mejores personas, tanto a nivel personal como social.
El aprendizaje de las normas de convivencia comienza en las etapas tempranas de la vida y se refuerza a lo largo del tiempo.
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Características de las normas de convivencia
Para que estas reglas sean internalizadas, aceptadas y respetadas por tus hijos, es crucial que posean cualidades específicas que las vuelvan eficientes, evitando generar hostilidad y asegurando un ambiente escolar propicio para el aprendizaje. Veámoslas a continuación.
- Son universales y propician relaciones armoniosas entre todos los seres humanos. Deben ser claras y valoradas por las personas desde temprana edad, promoviendo así un ambiente de convivencia positivo.
- Se basan en valores, como el respeto, la tolerancia, la justicia, la libertad y la amistad, creando así un ambiente de formación dentro del centro escolar que contribuye al perfeccionamiento del ser.
- Implican deberes, pautas a seguir e indican formas de conducta amables en las que se respete a todas las personas que conforman la comunidad del instituto. Así, los chicos aprenden a respetar y valorar la labor que cada uno desempeña en la comunidad.
- Son claras para su comprensión y se adaptan a las diferentes etapas del desarrollo de los niños, evitando la ambigüedad que lleve a interpretaciones erróneas.
- Permiten distinguir entre las acciones correctas o incorrectas, guiando al alumnado a fortalecer juicios de valor auténticos y a desarrollar su conciencia. Este proceso los capacita para tomar decisiones autónomas, vinculándolas estrechamente con conceptos morales y éticos.
Conoce las 10 normas de convivencia que todo estudiante debe seguir
Existen muchas normas de convivencia en la escuela que buscan crear un ambiente de bienestar y seguridad para facilitar y motivar el aprendizaje del cuerpo estudiantil. En esta ocasión, escogimos 10 para que este objetivo se cumpla de una forma óptima.
1. Llegar puntual a las clases
La regla de oro de llegar 5 minutos antes a cualquier lugar debería formar parte de la rutina diaria de las familias. De esta manera, los niños aprenderán a respetar el tiempo de los demás y a comprender las consecuencias de los retrasos, como la posibilidad de perder la entrada a clases o de tener que aplazar un examen.
2. Asistir a la escuela con regularidad
Es un hábito que fortalecerá la virtud del compromiso y la responsabilidad. Es importante enseñar que la pereza puede interferir con el progreso académico. Entender esto prepara el camino para desarrollar una buena disciplina.
3. Tratar de forma respetuosa a todas las personas
Este hábito ayuda a que los niños aprendan a respetar la dignidad de todas las personas, independientemente del trabajo que realicen dentro de la institución.
4. Respetar las figuras de autoridad
Dentro de las escuelas, los directivos y profesores son las personas que nos dicen lo que está permitido hacer o no, dentro del aula y fuera de ella.
Su labor no solo se limita a impartir conocimientos, sino que también se centra en reforzar una convivencia pacífica y funcional. Reconocer la autoridad de estas figuras resulta esencial para que los niños aprendan la importancia del respeto y la construcción de relaciones positivas.
5. Aprender a seguir instrucciones
Cuando un niño sabe obedecer y escuchar de manera activa, se evitan muchas frustraciones, tanto para los padres y maestros, como para ellos mismos.
6. Esperar su turno para hablar
Todos tenemos el derecho a ser escuchados. Por esta razón, debemos aprender a que el otro termine de hablar para así poder dar nuestra opinión. Esta virtud es muy importante en el ámbito escolar, pues los niños deben respetar los tiempos para su participación dentro del aula.
7. Ejercitar el tono de voz y modular el volumen con el que se habla
Los más pequeños tienden a «hablar con gritos», lo cual puede afectar la comunicación y la convivencia en el aula. Fomentar el ejercicio de modulación vocal contribuye a mejorar la calidad de la interacción y promover un ambiente más armonioso para el aprendizaje.
8. Mantener una actitud de diálogo y mediación cuando se presentan conflictos
Fomentar el diálogo y la mediación emerge como una herramienta valiosa ante situaciones conflictivas, tanto entre los propios estudiantes como en las interacciones entre maestros y alumnos dentro del centro educativo.
9. Respetar la integridad física y moral de las personas
Comprender que lastimar a otros física o verbalmente es malo. Como dice el sabio refrán «nunca hagas a los otros lo que no te gustaría que te hicieran a ti».
10. Cuidar las relaciones respetuosas para evitar el bullying
El bullying es una práctica que crea relaciones tensas que causan mucho daño, tanto a nivel personal como en la convivencia diaria, ya sea en casa o en la escuela. Por eso, enseñar a los niños a tener relaciones respetuosas es fundamental para garantizar una convivencia armoniosa.
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El aprendizaje de las normas de convivencia comienza desde el hogar
Si los niños aprenden desde casa la importancia de seguir normas, será más fácil para ellos reconocer y aceptar que deben acatar reglas tanto en la escuela como en otros entornos cotidianos.
Es crucial que estas pautas sean breves, claras y ajustadas a la edad de los niños. En lugar de imponerlas mediante castigos o amenazas, es preferible establecer consecuencias claras en caso de incumplimiento.
Cuando los miembros de la comunidad acuerdan conjuntamente las normas de convivencia, en lugar de solo imponerlas, y las explican de manera detallada, los niños las entienden y las asimilan de mejor manera. Así, las consideran justas y están más inclinados a seguirlas en su vida cotidiana.
Aquí tienes algunas pautas de convivencia familiar que, enseñadas desde casa, ayudarán a tus hijos a aprender y adaptarse gradualmente a vivir con ellas:
- Establecer normas y límites.
- Ir a la cama a la hora marcada.
- Respetar la privacidad individual.
- Comunicación abierta y respetuosa.
- Resolver conflictos de manera constructiva.
- Participar activamente en las tareas del hogar.
- No levantarse de la mesa antes de terminar de comer.
- Recoger sus juguetes una vez hayan terminado de usarlos.
- Practicar normas de cortesía, como saludar, despedirse, pedir permiso, pedir las cosas de favor y agradecer.
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Fomentar la paz en la escuela es posible a través de la enseñanza de las normas de convivencia
Las normas de convivencia en la escuela son directrices fundamentales que facilitan relaciones equilibradas y saludables entre los individuos dentro de la comunidad educativa. Estas no solo actúan como cimientos en este entorno, sino que también proporcionan herramientas valiosas aplicables en cualquier contexto.
Educar va más allá de lo superficial; implica moldear a individuos para que aprendan a vivir y establecer relaciones saludables. Cuando un niño internaliza y comprende estas pautas, experimenta un crecimiento emocional y social significativo, convirtiéndose en un individuo más saludable, seguro y, sobre todo, feliz.
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FUENTE: MujerHoy