El cuidado de la piel se ha convertido en uno de los pilares de nuestro día a día. Cada vez, desde más jóvenes, tomamos conciencia de que debemos de proteger nuestra piel y existen muchos productos en el mercado indicados para todo tipo de afecciones y tipologías de la piel . Todo esto, siempre de la mano de los consejos de nuestro dermatólogo de cabecera y evitando aquellos activos que puedan ser reactivos.
Sérums, mascarillas, hidratante, limpieza o protección solar son algunos de los productos que forman parte de todas las rutinas. Pero ¿realmente cuándo uso cada uno y en qué cantidad? La doctora Marta González, dermatóloga de IMR Madrid; Marta Masi, farmacéutica y fundadora del primer club de la menopausia y la boutique de bienestar MM; la doctora Cristina Vico, dermatóloga en la Clínica Morales Raya en Madrid y Antonia Álvaro, ingeniera química y fundadora de Sublime Oils nos explican las claves.
Orden de productos en la rutina
En primer lugar, debemos de saber, tal y como explica Marta González que «los productos cosméticos. de más ligera a más densa, para favorecer su penetración y efectividad». La doctora Cristina Vico menciona que «una buena rutina cosmética no se basa en incluir una gran cantidad de productos, ya que esto puede aumentar las interacciones entre ellos y no garantizar los activos adecuados para cada tipo de piel». La profesional añade que «u na rutina efectiva debe de ser sencilla y organizada».
También es importante que esta sea adecuada a nuestro tipo de piel, explicando Antonia Alvarado que «cada piel tiene su propia historia y, con ella, necesidades, gustos y hábitos únicos que hacen que cada rutina de cuidado sea un reflejo personal». Esto quiere decir que, «ya sea una rutina minimalista de tres pasos o un ritual más completo, además de la cantidad adecuada, que siempre dependerá de la zona a tratar y de las especificaciones de cada producto, hay una regla de oro que no se puede olvidar: el orden de aplicación de los productos ». Algo que destaca como «esencial para que cada activo trabaje en su máximo potencia para que la piel se beneficie realmente de cada fórmula».
En cuanto al orden, las expertas consultadas coinciden, mencionando que esta es diferente por la mañana que por la noche. La doctora Cristina Vico explica que «el primer paso es una limpieza facial, fundamental para eliminar impurezas y exceso de grasa, dejando la piel preparada para los productos posteriores. En segundo lugar, se deben aplicar activos cosméticos adaptados a las necesidades de cada piel como antioxidantes, transformadores o despigmentantes, dependiendo de su tipo y condición».
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¿Cuál sería el siguiente paso? Para la dermatóloga en la Clínica Morales Raya sería la hidratación que «a diferencia de lo que comúnmente se cree, no es indispensable en todos los casos; es esencial sólo para aquellas pieles que requieren restaurar su función barrera». La profesional concluye destacando que, en la rutina matutina, « el paso clave es la aplicación de un protector solar , que no sólo previene el fotoenjevecimiento, sino también la aparición de manchas y la exacerbación de hiperpigmentaciones causadas por la exposición al sol».
Conociendo esto, debemos de saber cuáles son los pasos que no pueden faltar en ninguna de las rutinas. La farmacéutica Marta Masi menciona que « la limpieza y la fotoprotección son esenciales, no pueden faltar ningún día» y añade que «si se desea podemos completar la rutina con antioxidantes por la mañana como la vitamina C y transformadores como el retinol por la noche».
Rutina de día vs rutina de noche
Aunque existen pasos comunes en ambas rutinas, debemos de aprender a d iferenciar cuáles cambian entre la mañana y la noche. En el caso de la mañana, Marta Masi recomienda empezar con «una limpieza suave y respetuosa con un limpiador que no reseque la piel, esta debe sentirse siempre confortable», pasaríamos después a utilizar el tónico «ya sea hidratante, purificante, retexturizante… dependiendo de cada piel». La profesional considera que pondríamos primero «el contorno de ojos» y después un « sérum de día antioxidante que aporte luminosidad, firmeza y jugosidad a la piel». Esta rutina de mañana se cerraría con «la crema hidratante si fuera necesario (en pieles grasas se puede prescindir de este paso)» y un fotoprotector SPF50+. Masi destaca que tiene que ser «todo el año, cada día» porque es «la mejor crema antiedad que puedes usar por las mañanas».
En el caso de la rutina de noche, Masi prosigue y comienza con « una doble limpieza , primero con un limpiador de base oleosa para desmaquillar y limpiar en profundidad los poros, ya sea un bálsamo limpiador o un aceite desmaquillante» y en segundo lugar «con un limpiador de base acuosa: el mismo limpiador de la mañana». Los dos siguientes pasos serían el «tónico y el contorno de ojos».
En la noche, la experta recomienda «un sérum de noche transformador. Para una piel sensible es muy recomendable utilizar mejor retinal y en piel resistente retinol puro (siempre con recomendación de un profesional para introducirlo de forma gradual)». Por último, considera «una crema optimizadora con péptidos o factores de crecimiento».
Influencer con rostro pulido / @onparledemode
Una vez conocemos nuestra rutina diaria, existen otros productos que ayudan a mejorarla como « un tratamiento semanal, ya sea un exfoliante físico (de granulitos tipo scrub) o un peeling químico con ácidos si se tiene la piel resistente o si por el contrario se trata de una piel sensible, será más recomendable un peeling enzimático».
En definitiva, explica Antonia Álvaro de Sublime Oils, «la diferencia principal entre la rutina de mañana y la de noche radica en las necesidades de la piel en cada momento del día». Esto quiere decir que «durante el día, la rutina se enfoca en la protección frente a agresores externos, por lo que, además de la limpieza e hidratación, el protector solar esencial para protegerla de los rayos UV y la luz azul».
En el caso de la noche, Álvaro prosigue y destaca que «el objetivo es la reparación y regeneración celular y aquí la limpieza adquiere un papel aún más crucial». La razón de esto es que «al final del día, la piel acumula restos de maquillaje, protector solar, contaminación e impurezas del ambiente, que pueden obstruir los poros y causar un aspecto opaco o, incluso, brotes de acné». Por ello, «una limpieza profunda permite que la piel se liberes de estos elementos, preparándola para recibir los activos de los productos nocturnos», concluyendo que «una limpieza nocturna no sólo purifica, sino que optimiza el proceso de regeneración natural de la piel, permitiendo que se renueve y despierte con un aspecto saludable y revitalizado».
Texturas en la rutina de cuidado de la piel
Más que el producto, la textura marcará el paso en la rutina. La doctora Cristina Vico, dermatóloga en Morales Raya cree que «las texturas son fundamentales para que el producto penetre adecuadamente y se aplique en el orden correcto. Si aplicamos un producto denso antes que uno ligero, el segundo no se absorberá de manera óptima». La profesional, explica además que «al seguir una progresión de texturas de menos a más pesada, facilitamos la absorción efectiva de los activos sin que se mezclen o interfieran entre sí, pudiendo llegar a bloquearse».
Añade Marta Masi que «es importante preguntar siempre por el tipo de textura que prefiere el cliente, desde el limpiador hasta el fotoprotector» y matiza que «hay que tener en cuenta siempre los gustos y las necesidades de cada persona, por ello, es tan necesario dar a probar y testear los productos en la dermoconsulta, que el consumidor pueda probar dicha textura en directo y saber en qué orden irá cada producto y si le resulta cómodo en su piel». Concluye afirmando que «es clave para que el consumidor siga una buena rutina, repita con el producto y no le abandone ni queden los productos olvidados en el baño por una textura menos agradable».
La dermatóloga Marta González destaca que «no todos los tipos de piel son iguales y debemos adecuar los productos que utilizamos a las necesidades de la misma». Por ello, «las pieles secas deberán de optar por texturas más densas, generalmente ricas en activos emolientes, nutritivos e hidratantes, que van a ayudarlas a repararse y mantenerlas hidratadas por más tiempo».
En el caso de las mixtas y grasas , «se benefician sobre todo de las texturas en gel porque proporcionan una hidratación efectiva sin añadir peso ni obstruir los poros. Suelen ser, por tanto, no comedogénicas».
Cantidad de producto adecuada
Por último, estaría la cantidad de producto que debemos de utilizar y que no es la misma en todos los productos. Normalmente, tenemos tendencia a aplicarnos más del que deberíamos, excepto en el caso de la protección solar (aunque ahora existe una mayor concienciación). Antonia Álvaro de Sublime Oils destaca que «la cantidad de producto que necesitas aplicar depende de factores como la zona de aplicación, la textura y la capacidad de absorción de cada fórmula. Para que cada producto actúe de manera efectiva, es importante seguir una guía básica de cantidades y considerar las recomendaciones específicas de la línea que estás utilizando». Por su parte, Marta González de IMR Madrid cree que también se debe de «adecuar a las necesidades y preferencias de cada persona».
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¿Cuáles serían las cantidades por tipo de producto? Marta Masi empieza explicando que en el caso de la limpieza debería de ser «la cantidad del tamaño de una castaña», el tónico debería ser «aplicado con las manos directamente de cuatro a seis gotas dependiendo de su densidad». En el caso del contorno de ojos, debería de ser «medio grano de arroz», el sérum de día «tres o cuatro gotas» y la crema hidratante «el tamaño de una avellana». La protección solar considera que «siempre se debe aplicar una cantidad generosa, aproximadamente dos dedos completos, esto varía de nuevo en la fórmula y la textura de cada solar».
¿Qué ocurre con la rutina nocturna? Con la doble limpieza, Masi explica que con el limpiador de base oleosa deben aplicarse « dos dosificaciones si se trata de un aceite desmaquillante o el tamaño de media nuez si es un bálsamo limpiador en tarro». En el limpiador de base acuosa sería igual que por la mañana y lo mismo en el caso del tónico, contorno de ojos, serúm de noche y crema.
FUENTE: MujerHoy